A la hora de capacitar a tu equipo de trabajo debes considerar cuáles serán tus estrategias para conducir la clase con éxito. Por tal motivo, es útil que dejes algunos enfoques pedagógicos para considerar otros más andragógicos, con el fin de ajustarte a tu audiencia y logres su desarrollo más integral.
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En una escuela o universidad, es común ver situaciones en las que frente a los estudiantes se pare un profesor para dar una explicación. Comúnmente durante el tiempo que dura la clase, la voz del maestro es la única que se escucha, mientras los alumnos toman notas. Luego al culminar, el profesor consulta si hay alguna pregunta, pero la mayoría de los estudiantes no las hace.
Ahora imagina eso en un entorno corporativo, con profesionales actuando como alumnos que sólo escuchan y un capacitador frente ellos exponiendo. Esto es lo que ocurre a diario en muchos entornos empresariales. Pero, ¿es efectivo? ¿es el camino correcto? ¿es la única forma?
Un problema importante en la formación empresarial, es la falta de comprensión de los modelos básicos de enseñanza y formación. ¿Qué son, cómo funcionan y cuándo se utilizan mejor? Hay dos modelos fundamentales: pedagogía y andragogía. Si bien estos términos te pueden parecer abrumadores, estoy seguro que has sido testigo de estos enfoques a lo largo de tu carrera académica y profesional.
Diferencias entre pedagogía y andragogía
- Pedagogía: un enfoque centrado en el maestro o capacitador. Él asume la responsabilidad de tomar decisiones sobre lo que se aprenderá, cómo se aprenderá, cuándo se aprenderá y por qué es de valor para el alumno.
- Andragogía: un enfoque centrado en el alumno. Él es visto como una entidad independiente que ingresa a la experiencia de aprendizaje con un conjunto único de experiencias y motivaciones. En cambio, el maestro actúa como un facilitador para ayudar a cerrar la brecha entre el alumno y el conocimiento.
Cabe destacar que, los enfoques pedagógicos asumen que la experiencia con el maestro es el medio más valioso para adquirir conocimientos. Los alumnos ingresan al aula con poco o ningún conocimiento y el maestro tiene los medios para obtener ese conocimiento. Por lo tanto, el instructor debe ser el principal punto de enfoque en la experiencia de aprendizaje para que se logren resultados.
Por otra parte, Malcolm Knowles, a menudo referido como el “padre de la educación de adultos”, describió los enfoques andragógicos como aquellos en los que “el maestro es un facilitador que ayuda a los adultos a convertirse en aprendices autodirigidos”. Ayudan a motivar a los estudiantes adultos a crear nuevas habilidades y vincular la información con la experiencia, lo que se traduce en una mayor retención de conocimientos.
Entonces, la pregunta sigue siendo: “¿Cómo comenzamos a usar técnicas andragógicas dentro de las clases de capacitación corporativa?” Aquí te enseño cinco estrategias prácticas:
- Haz que la enseñanza sea clara y directa.
Con demasiada frecuencia, los colaboradores que participan en capacitaciones corporativas no ven la aplicabilidad de lo que están aprendiendo. Para garantizar el éxito, comienza cada sesión de formación vinculando el contenido de la capacitación con su aplicación práctica. Esto inculcará una motivación temprana en los estudiantes, una clave para el éxito andragógico.
- Construye ejercicios interactivos.
La interacción es clave para garantizar que los estudiantes permanezcan atentos y comprometidos. La puedes lograr con simulaciones de casos prácticos, role plays, discusiones, debates, entre otros. Una de las mejores estrategias para desarrollar la interacción es tener una enseñanza, en la que los alumnos actúan como facilitadores de temas más pequeños dentro del contenido que manejas, aprovechando su experiencia profesional.
- Convierte la capacitación en una resolución de problemas.
Todos los días los colaboradores enfrentan problemas en sus áreas de trabajo. Muchos están acostumbrados a “apagar incendios” cuando surgen problemas con los clientes, el jefe o compañeros de trabajo. Así que, intenta convertir tu contenido de enseñanza en un problema y haz que tus estudiantes trabajen para encontrar una solución.
- No domines la conversación.
Evita ser el centro de atención y no domines el espacio conversacional. El conocimiento que posee un instructor, independientemente de su experiencia, palidece en comparación con el conocimiento que posee una clase llena de profesionales. Aprende a apreciar sus conocimientos y procura transferir su experiencia y/o las habilidades de cada uno al resto de la clase.
- Evalúa para asegurar la efectividad.
Al igual que con cualquier metodología de capacitación o diseño instruccional, debes evaluar qué tan efectiva ha sido tu estrategia para enseñar. Procura estar siempre dispuesto a cambiar tu contenido, ejercicios o estilo de enseñanza para satisfacer las necesidades de los estudiantes.
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Como conclusión, la responsabilidad que te hace asumir utilizar un enfoque andragógico en tus capacitaciones te permitirá crear experiencias de enseñanza que mejorará el aprendizaje de los estudiantes. Cuando los adultos participan en una experiencia de enseñanza positiva que sigue los supuestos y principios de la andragogía, es más probable que se comprometan más, retengan lo que han aprendido y lo apliquen en su lugar de trabajo.